Está claro que todo alimento tiene la capacidad de engordar en función de la energía que aporta, pero la papa tiene demasiada mala fama, sin justificación.

Es un vegetal con alto contenido de agua (75- 80%) y aporta vitaminas B1, B3 y B6, y otros minerales como potasio, fósforo y magnesio. Y antioxidantes que previenen el envejecimiento.

Una papa chica aporta aproximadamente 80 calorías, son 100 gramos de porción comestible, un contendido energético similar al de otros alimentos que suelen ser elegidos en los planes de descenso de peso. Por ejemplo, son semejantes a un yogur descremado, un huevo cocido, una porción de filet de merluza a la plancha o una manzana.

El truco está en el cómo cocinarla y en equilibrar la cantidad de papa que es rica en carbohidratos con otros grupos de alimentos.

La mejor forma de hacerlo es consumiendo la papa con la piel y acompañada de muchas fibras, como por ejemplo con una ensalada o con vegetales asados como calabaza, zapallito, cebolla, etc o puedes rellenarla o hacerla en milhojas o tortilla, cómo en las siguientes recetas:

http://www.serviciossaludables.com.ar/noticia/216

http://www.serviciossaludables.com.ar/noticia/242

http://www.serviciossaludables.com.ar/noticia/189

La papa con su cáscara asada al horno, al vapor o hervida son las formas de preparación más saludable de este alimento. Así se conservan sus propiedades y nos aporta energía de forma lenta y sostenida, evitando el aumento brusco de azúcar en sangre (glucemia).

La preparación y consumo de las papas con ingredientes que aportan un gran contenido de grasa, duplican y hasta triplican el valor calórico. Si se pretende consumirla frita o en puré, con adición de crema, manteca o acompañada de mayonesa, se incrementa notablemente el contenido calórico de la preparación.

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Lic. Mariana Silvestro. Nutricionista. MN 5843

Lic. Nadia Hrycyk. Nutricionista. MN 5430