Te contamos cómo disfrutar sabiendo elegir y organizarse:

1) Realizar el desayuno antes de salir y comer cada tres o cuatro horas para evitar llegar y estar en la playa con el estómago vacío: de ésta manera evitaríamos exponernos a todas las tentaciones típicas como facturas, churros, galletitas, etc y llegaremos a la hora de la cena con menos ansiedad.

2) Tomar agua a toda hora sin esperar a sentir sed: muchas veces creemos tener hambre cuando en realidad es sed, ya que en verano las pérdidas por sudor son mayores. Si bien podemos tomar mate, no se considera una bebida de hidratación, ya que al ser un derivado de la cafeína, aumenta la sensación de sed por el efecto diurético, todo lo que tomamos lo orinamos con mayor rapidez. Lo mismo ocurre con las gaseosas azucaradas y las bebidas con alcohol que generan deshidratación.

3) Llevar bolso térmico o heladerita con alimentos indispensables para comer en la playa: ensaladas o salpicones con pollo o carne fría que haya sobrado de la cena, sándwich de milanesa o de atún con queso blanco, lechuga y tomate, yogures, frutas, rollitos de queso y jamón, huevos duros son algunas opciones para llevar.

4) Evitar alimentos fritos o con mucho contenido de grasa: con las altas temperaturas enlentecen nuestro metabolismo y la digestión, generando un malestar que nos impide disfrutar de las vacaciones.

5) Relajarnos a la hora de comer y desconectarnos de nuestras preocupaciones practicando alguna actividad física: disfrutemos las vacaciones… saboreando cada bocado, ya que tenemos el tiempo suficiente para liberar tensiones, realizar una caminata junto al mar es una buena opción.

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Lic. Nadia Hrycyk. Nutricionista. MN 5430